Editorial

Autores/as

  • Nuramy Gutiérrez Instituto Nacional de Higiene Rafael Rangel

Resumen

En la República Bolivariana de Venezuela, el desafío global impuesto por la pandemia adquiere dimensiones particulares en el contexto de las medidas coercitivas y unilaterales contra un pueblo que históricamente refuerza sus capacidades en el ejercicio de su soberanía. Así nos encuentra la pandemia, entrenados en miles de dificultades, resilientes y combativos arropados por una política gubernamental inclusiva que prioriza la vida: la vida de todos y todas, no la de unos pocos.

 

En el caso del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel” (INHRR), la pandemia afloró toda la experiencia acumulada en salud colectiva por más de 82 años.

 

Desde el mismo instante que se presentaba la emergencia sanitaria en China, el INHRR asumió la tarea de realizar las Pruebas de Reacción en Cadena de la Polimerasa en Tiempo Real (PCR-RT) para la detección del SARS-CoV-2, de muestras tomadas en todo el territorio nacional, por un sistema de salud que funcionó y funciona hoy de forma colaborativa, transdisiciplinaria y comprometida. Con orgullo, demostramos como país tener la capacidad de atender la pandemia en la frontera, al trasladar un laboratorio móvil de biología molecular BSLII a la línea divisoria entre Venezuela y Colombia, de forma tal que se pudo contribuir a la estrategia integral de atención oportuna a miles de venezolanos que regresaban al territorio en busca de atención a la salud.

 

De la misma forma, el INHRR pudo dar el salto de procesar PCR-RT ocasionales a más de tres mil (3.000) pacientes diarios, gracias a los convenios de cooperación del Estado venezolano con países hermanos como la República Popular China, que nos dotó de equipos e insumos para atender tan inesperada situación. Se fueron incorporando en el proceso los conocimientos y la capacitación producto del intercambio de experiencias, y sin duda, el perfecto engranaje entre los diversos actores nacionales: Ejecutivo Nacional, Fuerza Armada Nacional Bolivariana, Brigadas Comunitarias en Salud, entre otros y a lo interno del espacio científico un número significativo de profesionales con compromiso y consciencia de su rol social.

 

Fue producto de la innovación venezolana, la preparación de medios de transporte viral para pacientes con Coronavirus, realizados en el país con fórmulas tropicalizadas y adaptadas a nuestro contexto; así como la elaboración de geles y antisépticos, y la activación y adaptación tecnológica para masificar procesos y estar a la vanguardia del desafío planteado. La virtualización y amplificación de la oferta de especialidades nos permitió ampliar los procesos de aprendizaje y actualización.

 

La situación mundial trastocó formas, procedimientos, creencias y consensos que mantenían a los científicos y científicas del país trabajando en espacios estancos. Estas erradas prácticas heredadas de una manera de hacer ciencia desde la competencia y el logro individual, fueron superadas por la emergencia, que hizo que los centros de investigación nacional valoraran el trabajo contributivo, incluyente, respetuoso y armonioso para generar respuestas adecuadas y eficientes ante un enemigo que individualmente nos hubiese sobrepasado y nos enseñó que solo juntos es posible embarcarnos y salir victoriosos en campañas aparentemente imposibles.

 

Entendemos la innovación social como la respuesta colectiva que se construye ante una necesidad apremiante, emergente o sostenida; innovación que es ejercida por un grupo humano que comparte intereses comunes pudiendo ser estos de clase, de género, de etnia o de cualquier otra forma de desigualdad injusta e innecesaria.

 

Por ello, nos pareció muy relevante el abordaje y las experiencias de los investigadores en el desarrollo de la revista Observador del Conocimiento denominado “Intereses investigativos desde la diversidad disciplinar” (Edición Especial 2021), ya que se discuten diversas experiencias vinculadas con la nueva realidad impuesta por el virus en los entornos educativos y la transición acelerada a la formación virtual, en términos de oportunidades, desafíos y retos al Estado Docente para garantizar la equidad en el acceso a la educación y a los espacios de aprendizaje, investigación y socialización de los procesos colectivos como alternativas pedagógicas comunitarias.

 

En nombre del Instituto Nacional de Higiene “Rafael Rangel”, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Salud, agradezco la gentil invitación del Observatorio Nacional de Ciencia, Tecnología e Información de incorporar esta breve reflexión en su prestigiosa revista en el marco de la creciente cooperación interinstitucional que potencia logros y propicia alianzas a favor del país.

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Publicado

28-03-2023

Cómo citar

Gutiérrez, N. (2023). Editorial. Observador Del Conocimiento, 6(1), 10–11. Recuperado a partir de https://revistaoc.oncti.gob.ve/index.php/odc/article/view/96